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HISTORIA

Historia

Las comarcas, desde el punto de vista administrativo, son el resultado de un nuevo modelo territorial impulsado por el Gobierno de Aragón desde la década de los 90. Con el objetivo de dotar a las comarcas de los servicios, infraestructuras y autonomía de gestión capaces de llenar de vida el territorio, generar calidad de vida y detener la paulatina despoblación que sufre parte de nuestro territorio.

Ahora bien, las comarcas, tiene que ser fruto de una cohesión territorial, económica y, sobre todo, histórico-socio-cultural que permitan el desarrollo global de su territorio.

La comarca del Bajo Aragón, constituida el 13 de junio de 2002, formada por 20 municipios y 3 pedanias que acogen a 26.853 hab. y se distribuyen sobre una superficie de 1.304,20 Km 2 . Participa de las premisas fundamentales para el desarrollo económico, social, cultural y demográfico. Además, su estratégica situación ha hecho de esta comarca una zona de paso, de comunicación entre el valle del Ebro y el litoral Mediterráneo. Este ir y venir de gentes le ha forjado un carácter singular, emprendedor, abierto y acogedor. No en vano su capital comarcal, Alcañiz, es la ciudad de la «Concordia».

La historia de este territorio de la comarca del Bajo Aragón se encuentra repleta de acontecimientos que hablan de la vitalidad que ha tenido a lo largo de los siglos. Como lo atestiguan las numerosas huellas prehistóricas diseminadas por toda la comarca y que indican la temprana ocupación de este territorio.

Existen hallazgos de útiles de silex en terrazas del Guadalope en las proximidades de Castelseras del Paleolítico inferior. Más segura es la datación de los útiles, lascas y núcleos, hallados en el « Cabezo de Marañan » de Castelseras del Paleolítico medio (80.000-40.000 a.c.)

Del Neolítico se encuentran importantes restos y hallazgos de la presencia de homínidos en la comarca, como las pinturas rupestres de « Val del Charco de Agua Amarga » en el municipio de Alcañiz. Se trata del conjunto de pinturas rupestres de arte levantino mas importante de la Península Ibérica.

Durante la transición del Neolítico a al Edad del Bronce se producen los primeros asentamientos «semi-estables» favorecidos por la generalización de la agricultura. De este periodo se han encontrado restos de enterramientos en los yacimientos de « La Cortada » y « Balsa Nueva » en Torrecilla de Alcañiz.

Será en el Bronce medio-final y 1ª Edad del Hierro cuando aparecerán los primeros poblados en altozanos próximos a los cursos de agua y la cultura de « campos de urnas » (inéditos hasta esta época en la comarca), yacimientos de « Santa Bárbara «, « Terraceras I «… en Mas de las Matas. Otros yacimientos proto-iberos son los de « Cabezo del Cuervo» , « Cabezo Cascarujo» , « Siriguarach » en Alcañiz; « El Morenillo » y « Fila la Muela» en Alcorisa.

Coincidiendo con la 2ª Edad del Hierro, siglos VIII-VI a.c., de produce una iberización de los poblados de esta zona del Bajo Aragón. Los asentamientos diseminados que existen en la comarca comienzan a recibir la influencia cultural y tecnológica de fenicios, griegos y cartagineses que tenian colonias comerciales en la costa levantina y desde allí fueron penetrando hacia el interior.

La cultura Ibera (hasta finales del siglo III a.c.) constituye un periodo de esplendor y desarrollo en la Historia antigua del Bajo Aragón. Se constituyen verdaderos asentamientos estables como « Cabezo la Guardia » en Alcorisa, « Santa Flora » en Mas de las Matas, « Cabezo Palao » y « La Caraza de Valdevallerias » en Alcañiz de grandes dimensiones, este último con fortificación y foso exterior. Igualmente se producen asentamientos nuevos como el de « Taratrato » en Alcañiz.

Posiblemente, el cimiento histórico de la comarca del Bajo Aragón se forje en este periodo en el que existe un territorio y un pueblo o tribu («Ausetanos del Ebro») que se organizan y extienden por toda la comarca.

El proceso de iberización se ve truncado a finales del siglo III a.c. con la llegada de los Romanos. Hacia el año 200 a.c. el territorio del Bajo Aragón ya había sido romanizado y a mediados del siglo I a.c. la organización y estructura Ibera sufrido importantes y fundamentales cambios en todo los ámbitos, político, social, económico y cultural. Se acuña moneda propia y se comercializa con vino, aceite y cerámica con Italia.

Sin embargo, para ser un periodo de importantes cambios estructurales no existe en la comarca restos ni huellas arquitectónicas de impronta románica, excepto las bases del castillo de Alcañiz.

Esta ausencia de testimonios visibles también ocurre con el paso de los Visigodos por la comarca. De este periodo solo encontramos algunos hallazgos en la zona de la Redehuerta en Alcañiz, pequeños restos arquitectónicos en Castelseras y la necrópolis de la Virgen de la Peña en Berge.

La llegada en el 714 d.c de la cultura Islámica provoca de nuevo importantes cambios estructurales, económicos y sociales en la comarca del Bajo Aragón. Los cambios mas destacados se producen en el sistema productivo y, sobre todo, en la cultura del agua con sus obras hidráulicas.

Durante esta época se construyen algunos castillos, como el de Santa Flora en El Mas de las Matas y en la comarca se organizan en pequeños distritos dependientes de núcleos urbanos o aldeas con un castillo o fortaleza, como Alcañiz. En conjunto este territorio pertenece a la Marca Superior y dependía del Reino de Taifas de Zaragoza.

Otro de los hitos importantes en la consagración de este territorio como comarca con entidad propia e histórica es la etapa de la Reconquista.