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RECURSOS ECONÓMICOS

Recursos económicos

El proceso de comarcalización entraña la creación de una nueva Administración, de un ente local intermedio entre el municipio y la provincia. Se trata de una entidad supramunicipal que engloba municipios limítrofes vinculados por características e intereses comunes. Así pues, el proceso de creación de la Comarca del Bajo Aragón ha estado condicionado por una situación demográfica y económica que ha fijado el desarrollo comarcal.

Las actuaciones que incluye la comarcalización abarcan diversos ámbitos, planificación y dotación de servicios públicos sobre el territorio y la responsabilidad de su dirección y gestión, la garantía de su accesibilidad y mejora de la eficiencia, la implantación sin incremento injustificado del gasto público y la redistribución del poder político en el territorio.

Hasta la creación de la comarca, los municipios englobados en el Bajo Aragón no habían evolucionado económicamente en la medida esperada por su situación geográfica, ni por las aptitudes de su población: activa, dinámica, emprendedora.

Sin lugar a dudas, el obstáculo más grave para el desarrollo económico y social han sido los rasgos orográficos y climáticos. La componente geográfica, con su quebrada orografía, ha provocado un grave aislamiento de los ejes principales de desarrollo y de comunicaciones que existen en España. Esta falta de accesibilidad exterior por el déficits de infraestructuras de comunicación y transporte ha sido la tónica de una situación estructural que impide el despegue económico de una comarca estratégicamente enclavada. Puesto que, se encuentra rodeada por los grandes centros financieros, económicos e industriales de la economía española (Madrid a 340 km; Barcelona a 260 km; Valencia a 220 km; Zaragoza a 110 km; Tarragona 140 km).

No obstante, en las ultimas décadas, con la puesta en marcha del Plan MINER (Plan de Desarrollo Alternativo de las Cuencas Mineras) se han acondicionado y mejorado infraestructuras de comunicación, pero todavía quedan ejes importantes por realizar como el desdoblamiento de la nacional 232, a su paso por la capital de la Comarca, o la mejora del entramado intercomarcal e intracomarcal.

Sin embargo, a pesar de todas estas dificultades, la creación de la comarca del Bajo Aragón como organismo intermedio entre los municipios y los gobiernos, tanto de la comunidad autónoma como el español, es una alternativa altamente positiva como centro de recogida de necesidades de los municipios englobados en un imperativo comarcal.

Para desarrollarse y crecer es necesario y fundamental el aprovechar oportunidades, estar dispuesto a cambiar, a soportar unos costes para alcanzar una situación futura que será mejor que la presente. Por lo que, El proceso de comarcalización es y será ese paso adelante en el avance e impulso económico de este territorio

El Bajo Aragón tiene unas potencialidades y recursos suficientes y de calidad para impulsar un desarrollo económico endógeno. Quizás, la excesiva dependencia económica que existía en toda esta zona norte de la provincia de Teruel del sector minero y extractivo, no permitió ver o aprovechar el resto de recursos y potencialidades de la zona.

Posiblemente, el letargo en el desarrollo de un tejido industrial fuerte y dinámico fuera fruto del dejarse llevar por la bonaza y el desarrollo económico que marcaba la industria extractiva y energética ejerciendo de locomotora del bienestar económico. Quizás, por ello, se dejaran pasar oportunidades de un crecimiento y desarrollo industrial más diversificado y menos especializado en un sector concreto.

Sin embargo, a pesar de todas estas dificultades, algunas de ellas intrínsecas e imposibles de modificar como las físico-climáticas, la comarca del Bajo Aragón es una tierra de gente dinámica, emprendedora que no esta dispuesta a dejar escapar ninguna oportunidad de convertir este lugar en un referente económico a escala provincial, regional y nacional. Puesto que, su emplazamiento estratégico permite crear una red logística y de distribución rápida y eficaz.

A grosso modo la economía de la comarca se fundamenta en el sector agrícola-ganadero y en las industrias agro-alimentarías que de este sector se derivan, transformando la producción agraria.

El actual pulso de la actividad económica y productiva del Bajo Aragón se puede sintetizar con el análisis de su distribución sectorial. El mayor porcentaje de efectivos se aglutina es el sector terciario con un 41,6%. Mientras que, el sector primario e industrial manifiestan un equilibrio con el 22,8% y el 20,9%, respectivamente.

Este mayor peso del sector terciario se fundamenta en la centralización de los servicios administrativos, jurídicos, sanitarios y, a la importante actividad comercial que aglutina la ciudad de Alcañiz. Este municipio posee el 45,67% de la población total ocupada en la comarca, por lo que la distribución de su población ocupada determina en gran medida la del resto de la comarca. Puesto que, dispone de casi el 52% del total de la población comarcal.

Estos datos globales se ven altamente distorsionados cuando se analizan los sectores productivos a escala municipal. En 11 de los municipios más del 50% de la población ocupada se dedica a la agricultura y ganadería. Fundamentalmente, los municipios del valle del Mezquín y Bergantes: Aguaviva, La Codoñera, Foz Calanda, La Ginebrosa, Las Parras de Castellote, Seno, Torrecilla de Alcañiz. Por el contrario, Alcañiz solo tiene un 9,3% de su población esta ocupada en este sector.

Dentro del sector industrial, dos son las actividades que acaparan el mayor contingente de población ocupada, a saber; la industria extractiva y movimientos de tierras y, por otro lado, la industria manufacturera. La Mata de los Olmos, Los Olmos, Berge, Alcorisa y Calanda, por las florecientes cooperativas agro-alimentarías.

En el sector servicios, destaca la ciudad de Alcañiz con un 58,4% de su población ocupada en este sector. Nada extraño, por otra parte, porque en ella se centran la mayoría de servicios administrativos, sanitarios, jurídicos y comerciales de la comarca. Así mismo, también destacan en este sector municipios como: Torrevelilla con un 43,5% y Belmonte de San José con un 33,3%.

A pesar las condiciones adversas del medio físico, con suelos de baja productividad, irregularidad y escasez de precipitaciones, y extensas zonas de superficie improductiva que han condicionado y condicionan el sistema agrario, éste ha encontrado en dos cultivos leñosos las señas de identidad de una agricultura de calidad y bien hacer: el olivar con su extraordinario aceite virgen de oliva y los frutales con el melocotón tardío de Calanda.

La agricultura de la comarca se fundamente sobre los cultivos de secano, más del 80% de la superficie cultivable, destacando por su extensión y producción el olivar, los cereales, el almendro. Por otra parte, la superficie cultivable se ha incrementado en los últimos años, gracias al desarrollo y puesta en marcha, del canal Calanda-Alcañiz y los nuevos sistemas de riego, con una optimización del recurso agua. En estas nuevas «huertas» los cultivos plantados son muy diversos: maíz, olivar, almendros, hortalizas… y, por supuesto, frutales. Dentro de los frutales es el melocotón el que tiene un mayor peso específico.

Un valor añadido de esta agricultura por la excelente calidad de la producción de olivas y su transformación en aceite virgen de oliva, «oro liquido», y el melocotón tardío de Calanda son las denominaciones de origen que han conseguido dichos productos. Y, que han generado la creación de empresas de transformación agroalimentaria, elemento fundamental para que el valor añadido que generan, estos excelentes productos, se quede en esta tierra.

Sin embargo, es el sector ganadero quien tiene un mayor peso final en la producción total agraria. Las cabañas más numerosas son: el ganado ovino, de excelente calidad, con una carne sabrosa, jugosa y tierna fruto del carácter extensivo de las explotaciones y de un pastoreo por los olorosos montes de la comarca. Y, la principal ganadería intensiva, el porcino, con más de 155.000 cabezas. A estas explotaciones la construcción del matadero industrial en la Mata de los Olmos y la denominación de origen del Jamón de Teruel, le imprimieron mayores perspectivas e impulsaron la creación de nuevas explotaciones.

En los núcleos menos poblados de la comarca, el sector porcino, es uno de sus pilares económicos y, parte del desarrollo económico de estos municipios se fundamenta en el futuro de este sector. Por ello, conocedores del problema se han unido para la creación de la Asociación de Ganaderos Criadores de Porcino de la Provincia de Teruel, la Agrupación de Defensa Sanitaria del Ganado Porcino, ambas con sede en la Codoñera. Igualmente, han entrado a formar parte de la empresa Carnes Certificadas del Maestrazgo, de reciente creación.

El motor de desarrollo de un territorio se fundamenta en la industria, no sólo por la capacidad de generar valor añadido y crear puestos de trabajo, sino por el efecto de arrastre que tiene sobre el resto de la economía, fundamentalmente en el sector servicios. En este sentido el desarrollo industrial del Bajo Aragón ha estado muy ligado a la industria extractiva, tanto en su faceta minero-energética como la de arcillas. A pesar, del cierre de las minas subterráneas, las actividades extractivas, los movimientos de tierras y las empresas creadas en Alcañiz y Alcorisa de «Gres Aragón» son de las que más mano de obra ocupan en la comarca.

La actividad industrial se centra en los municipios más grandes, Alcañiz, Alcorisa y Calanda, fundamentalmente, con un amplio abanico de sectores, que van desde los prefabricados de hormigón, automoción (venta y reparación), fábrica de muebles, metalurgia, cristalerías, matadero industrial, refractarios de gres, tejerías, fábricas textiles, cableados eléctricos, productos de marroquinería, mármoles … y, una tradicional, abundante y rica industria agroalimentaria.

Dentro de este desarrollo económico e industrial la creación de la Ciudad del Motor en Alcañiz, provocará un relanzamiento económico del sector de la automoción, de sus actividades auxiliares y la demanda nuevos servicios. Así como, un nuevo elemento de ayuda y fomento del turismo comarcal.

En estos momentos, es el sector de transformados agrarios los que más pujanza tiene dentro de la comarca. Además, de los productos tradicionales (aceite, pastas artesanas, vinos, miel, conservas, quesos…) se han incorporado al mercado otros nuevos como: los pates de oliva negra, encurtidos, melocotones en almíbar y vino, productos derivados de las almendras… algunos de estos productos de excelente calidad han conseguido la «C» de calidad agroalimentaria otorgada por el Gobierno de Aragón.

Uno de los elementos importantes para la creación y/o ubicación de actividades industriales en un territorio es la existencia y disponibilidad de suelo industrial acondicionado para tal uso. En la comarca está los polígonos industriales de: Aguaviva con una superficie total de 55.810 m 2 ; Alcañiz (las Horcas con 686.136 m 2 ; la Laguna con 18.640 m 2 ); Alcorisa (Regatillo I con 87.714 m 2 ; Regatillo II con 237.251 m 2 ; El Royal I y II con 80.666 m 2 y El Royal III con 73.035 m 2 ); Calanda (UE10 con 130.888 m 2 y UE14 con 86.000 m 2 ) y Mas de las Matas con 19.453 m 2 .

Por ultimo, el sector más desarrollado y el que más población activa ocupa en la comarca del Bajo Aragón son los servicios. En las ultimas décadas, los servicios que más auge ha experimentado son los relacionados con las nuevas tecnologías (informática, telecomunicaciones), al igual que, los servicios inmobiliarios; gestores y asesores fiscales; suministros, logística y distribución; servicios afines a la actividad jurídica y sanitaria.

Sin embargo, sigue siendo el comercio tradicional y la hostelería los que, por el momento, siguen a la cabeza en número de empresarios y trabajadores. A pesar, de la instalación en los últimos años de varias grandes superficies en Alcañiz.